Diversidad, biología, evolución, ecología, pesca, conservación, evolución, con especial atención a las especies presentes en Galicia.

miércoles, 29 de mayo de 2013

El viaje del cazón (Galeorhinus galeus)

Foto: Lisa Munger


Aunque su aspecto, como anodino y soso, puede hacernos pensar lo contrario, el cazón (Galeorhinus galeus) es en realidad un tiburón sumamente activo, voraz y combativo, además de un potente nadador capaz de llevar a cabo largas migraciones de hasta 16 000 kms y completar la friolera de 56 km en un sólo día. En esta parte del Atlántico, ejemplares marcados en Irlanda han sido recuperados en lugares como A Garda (Galicia), las islas Canarias y las Azores.

domingo, 26 de mayo de 2013

La estrategia reproductiva de los tiburones

Cápsula-huevo de una pintarroja (Scyliorhinus canicula) con un embrión.

Aunque no son más que peces, la biología reproductiva de los tiburones es similar en muchos aspectos a la de los seres humanos. Al igual que nosotros, sus huevos son fecundados en el interior del cuerpo materno mediante una cópula, el número de descendientes es muy limitado, en muchas especies las crías completan su crecimiento recibiendo nutrientes directamente de su madre a través de una conexión placental análoga a la nuestra, etc.
Se trata sin duda de uno de los aspectos más interesantes de la biología de los tiburones, además de un elemento fundamental a tener en cuenta para entender la delicada situación de las poblaciones mundiales y abordar cualquier plan de gestión y de conservación. Por eso vamos a dedicarle en este Blog la atención que se merece.


Los ecólogos suelen distinguir dos estrategias básicas de supervivencia en función de dos variables: la capacidad reproductiva biológica de un determinado organismo y las características del medio en el que vive. Son las llamadas Estrategia r y Estrategia k (1).

a) Estrategia r: Típica de organismos de ambientes inestables e impredecibles, en los cuales la capacidad de reproducirse con rapidez exponencialmente resulta vital para su supervivencia. Su tasa de reproducción es muy alta puesto que la estrategia se basa en producir un elevado número de crías, de las que solo sobrevivirá un pequeño porcentaje debido a su alto nivel de mortalidad y a la acción de los depredadores. Es
Fecundación externa:
el macho rocía la puesta con su esperma.
decir, se prima la cantidad en detrimento de la calidad. Aquí se sitúan los llamados "peces forraje", como la anchoa y el capelán, y la mayoría de los peces óseos. Estos producen enormes cantidades de huevos que son abandonados al albur del medio, de tal manera que una ínfima cantidad, que en ocasiones no llega al 1%, consigue dar lugar a individuos adultos. Un arenque puede producir 30.000 huevos, un bacalao 6 millones y un abadejo 30 millones. La fecundación es externa: en el mejor de los casos, el macho rocía directamente los huevos con su esperma una vez producido el desove; en otros, lo libera en el agua con la esperanza de que logre alcanzar al mayor número posible.
Las especies de selección r suelen ser de pequeño tamaño y tienen una esperanza de vida relativamente corta, por lo que maduran con rapidez. En general forman parte del sustento de las especies de estrategia k.

b) Estrategia k: Típica de organismos de ambientes estables. A diferencia de los anteriores, su supervivencia depende en gran medida de la capacidad de carga del ambiente. Su tasa de reproducción es comparativamente muy baja, dado que su estrategia consiste en invertir toda su energía y recursos en la producción de pocas crías a lo largo de su vida, pero bien formadas y desarrolladas, y por tanto con mayores posibilidades de salir adelante y convertirse en adultos. Puede decirse que priman la calidad por encima de la cantidad; son más eficientes energéticamente.
Las especies de selección k suelen ser de gran tamaño, con una esperanza de vida mucho más elevada, pero de de reproducción tardía. A este grupo pertenecemos los seres humanos, los grandes mamíferos como el elefante y la ballena, y otros súper-depredadores como el león, el lobo y, efectivamente, el tiburón.

Fecundación interna (¿hace falta explicarlo?).
En vez de miles o millones, los tiburones generan pocos huevos —en la mayor parte de las especies, menos de 100—, pero de mayor tamaño. No son liberados al exterior, sino que permanecen dentro del cuerpo materno aguardando a ser fecundados. La fecundación es interna: el macho inyecta su esperma dentro de la hembra mediante sus órganos copuladores: los pterigópodos o penes. Los óvulos fecundados o bien son depositados en un lugar cuidadosamente seleccionado, previamente envueltos en una gruesa cápsula protectora —la cápsula huevo—, o bien se les guarda dentro del útero materno hasta que el embrión culmine su desarrollo y pueda nacer convertido en un individuo plenamente formado, a salvo ya de un cierto número de depredadores. Se calcula, por ejemplo, que casi el 50% de las crías del tiburón limón (Negaprion brevirostris), una de las especies mejor conocidas, sobreviven a su primer año de vida. Un porcentaje elevadísimo si lo comparamos con la ratio de las especies r.

Estas estrategias representan, en realidad, los dos extremos de una escala. No todos los organismos son plenamente k o r. La mayoría adopta una fórmula intermedia, más o menos próxima a un lado u otro. Aunque algunos, los de mayor éxito evolutivo, son capaces de optar por una estrategia u otra dependiendo de las condiciones del medio en un momento dado (y no nos equivoquemos, un claro ejemplo de este último caso son... las bacterias, unos seres que nos precedieron y que posiblemente seguirán aquí —sea lo que sea en lo que se haya convertido ese aquíuna vez hayamos desaparecido como especie).

Nacimiento de un tiburón limón. Fijaos en el cordón umbilical que todavía lo mantiene unido a su madre.
Dentro del grupo de los tiburones existen también notables diferencias. En un lado nos encontramos especies como la tintorera (Prionace glauca) o la pintarroja (Scyliorhinus canicula), con una tasa reproductiva relativamente alta; mientras que el otro extremo del espectro se encuentran los tiburones de aguas profundas, que representan el caso contrario: animales de ritmo metabólico muy lento que hace que su maduración sea tardía, amplios ciclos reproductivos, períodos de gestación larguísimos —el tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus) ostenta el récord de todo el reino animal: 3 años y medio o más (2)— y camadas muy bajas.

Las graves desventajas de la estrategia k. Además de una tasa reproductiva desesperadamente baja, las especies de selección k presentan una elevada dependencia del ambiente. Su estrategia funciona óptimamente en un medio relativamente estable.
Los tiburones son incapaces de resistir cambios bruscos en las condiciones ambientales, como los provocados por la actividad humana, la contaminación, la pesca intensiva, la sobrepesca, etc. Cuando esto se produce, las poblaciones caen drásticamente y pueden tardar muchos años en recuperarse, si es que llegan a hacerlo. La situación de los tiburones de aguas profundas (vale insistir en ello) es particularmente delicada (3): el alto valor del aceite de sus enormes hígados los ha convertido en objeto de una creciente presión pesquera. Posiblemente la situación de muchas poblaciones sea más que dramática.


En resumen, los tiburones son los peces que más se nos parecen, y esto, paradójicamente, es uno de los factores clave, después de la acción humana, en su camino hacia la desaparición.

Hembra de tintorera con 20 crías (Foto: Paul Hilton, Greenpeace)
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(1) Estas letras hacen referencia a los dos ejes o valores de la ecuación de crecimiento de una población, donde r es el crecimiento exponencial y k, la capacidad de carga del ambiente (esto es, el número máximo de individuos de determinada especie que un ambiente es capaz de sostener). 
(2) Véase Tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus).
(3) Véase La grave situación de los tiburones del mar profundo I y II.

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lunes, 20 de mayo de 2013

Ataque de tiburón dentro de una cabaña


Bucear de vez en cuando entre los fondos de la extraordinaria Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional es una actividad que siempre resulta gratificante. Nunca deja uno de encontrar sorpresas tan deliciosas como esta noticia recogida por el diario La Época en el lejano año de 1884.
     Su tratamiento, aparte de imaginativo —por decirlo suavemente y sensacionalista, conserva a mi modo de ver esa suave nota de ingenuidad que teñía las viejas crónicas de lo lejano y lo desconocido "del mundo adelante", que decían nuestras abuelas, que eran constante fuente de asombro y admiración entre el público.

Transcribo la noticia literalmente, respetando la ortografía y la puntuación de la época.

UN DRAMA TERRIBLE
En la noche del 13 del actual, dos pescadores del pueblo de la Passade, situado entre Niza y Villefranche, llamados Baffi y Domenico, pescaron un tiburon que medía tres metros.
     El cetáceo fué herido en el costado por dos fuertes arponazos. El agujero de la herida era enorme. Una vez en tierra, el animal fué arrastrado hasta la cabaña de los pescadores y dejado en un rincon, para llevarlo á Niza al dia siguiente.
     A eso de las dos de la madrugada un ruido infernal despertó á los pescadores.
     Un perro de caza lanzaba espantosos ladridos y dos criaturas que dormían en una cuna exhalaban á la vez gritos lastimeros.
     Baffi y Domenico, encendieron la luz en seguida. Un espectáculo horrible se presentó ante sus ojos. El mónstruo, cuya herida no había sido mortal, desgraciadamente, acababa de salir de su letargo y con un sólo golpe de su terrible mandíbula había partido en dos pedazos al perro que estaba echado junto á la cuna de los niños.
     La desesperada madre se precipitó hácia la cama de sus hijos, pero su pierna derecha fué tambien presa del mónstruo y partida por debajo de la rodilla.
     Baffi se apoderó de un arpon y logró vaciar el ojo derecho del animal, que dió un salto terrible. Entónces la lámpara cayó al suelo, y se trabó entre ellos á oscuras una espantosa lucha. Los pescadores se precipitaron hácia la puerta de entrada, pero como faltaba la llave, no les era posible abrirla. Un vecino, Mr. Michelisi, atraido por el alboroto, se encaramó en una ventanilla situada á cierta altura, y le fueron entregados los dos niños; despues derribó la puerta y acudió en auxilio de los pescadores. Uno de ellos tenia á raya al tiburón con ayuda de una mesa, cuyos piés estaban hechos añicos.
     Cuando se abrió la puerta, el mónstruo se precipitó fuera y trató de ganar la playa. Los pescadores no lograron apoderarse de él hasta que le hubieron vaciado el único ojo que le quedaba.
     La madre de los niños, tan cruelmente herida, no ha sucumbido todavía; y despues de los buenos resultados de una amputacion practicada por el doctor Gabrielli, se han concebido grandes esperanzas de salvarla.
     El tiburon era uno de los más terribles de su especie, y hacía dos ó tres meses que era perseguido sin descanso.

La Época, 20 de junio de 1884, p. 4. 

La Época era un diario de carácter conservador que estuvo en circulación entre los años 1849 y 1936. Durante la Guerra Civil sus talleres fueron incautados para imprimir El Sindicalista, del Partido Socialista. Qué cosas, ¿verdad?


miércoles, 8 de mayo de 2013

Lonja de Vigo: Estadísticas 2012

Lonja de Vigo (Foto tomada de cadenadesuministro.es)
Aquí tenéis los datos estadísticos de las descargas de tiburones en la lonja de Vigo durante el 2012 (no están incluidos los Rajiformes). Son cifras oficiales extraídas de la Memoria Anual 2012 publicada por Autoridad Portuaria de Vigo.

¿Por qué Vigo? Primero, porque es, con diferencia, el puerto pesquero más importante no sólo de Galicia, sino de toda Europa; y segundo, porque, en lo que se refiere a tiburones, es, por ejemplo, uno de los mayores proveedores mundiales de aleta a los mercados asiáticos [Ver La importancia de la lonja de Vigo y España (y Galicia), potencias mundiales en la pesca del tiburón].
La logística de este puerto es impresionante, lo cual, unido a sus tasas competitivas, hace que no sólo los españoles, sino también los pesqueros portugueses vengan, en número cada vez mayor, a hacer sus descargas aquí.


1) Datos globales: 7800 toneladas de tiburones con un valor de casi 9 millones de euros.
  • Descargas de pesca fresca: 2 863 248 kg
  • Descargas de pesca congelada: 4 935 845 kg
     TOTAL: 7 799 093 kg

  • Valor de la pesca fresca: 5 973 862 € (precio medio: 2,62 €)
  • Valor de la pesca congelada: 2 997 804 € (precio medio: 1,32 €)
     TOTAL: 8 971 666 € (precio medio: 1,97 €)


2) Datos por especie (entre paréntesis, precio total y precio medio por kg):

    Pesca fresca:
  • Mielga: 242 kg (114 €; 0,47€ )
  • Cornuda (1): 15 kg (47 €; 3,15 €)
  • Marrajo: 466 812 kg (2 051 493 €; 4,39 €)
  • Tintorera: 2 253 892 kg (3 656 129 €; 1,62 €)
  • Musola: 12 676 kg (27 833 €; 2,20 €)
  • Pintarroja: 76 244 kg (189 827 €; 2,49 €)
  • Cazón: 52 316 kg (52 386 €; 0,85 €)
  • Gata (2): 873 kg (3393 €; 3,89 €)
  • Escualos (3): 179 kg (313 €; 1,75 €)

    Pesca congelada:
  • Marrajo: 653 268 kg (1 273 873 €; 1,95 €)
  • Tintorera: 4 282 577 kg (2 997 804 €; 0,70 €)
      Total marrajo: 1 120 080 kg (3 325 366 €)
      Total tintorera: 6 536 469 kg (6 653 933 €)


Marrajo (Isurus oxyrinchus) todavía con el anzuelo del palangre (Foto: Oceana).
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(1) Probablemente Sphyrna zygaena.

(2) El término gata es muy genérico. Se suele aplicar a una amplia variedad de especies normalmente de aguas profundas, como los Squaliformes. Pero dado que en la lista de la Autoridad Portuaria ya existe este apartado, en el que sólo figura la mielga (Squalus acanthias), cabe pensar que tal vez se refiera a algún tipo de esciliorrínido (fam. Scyliorhinidae). La voz inglesa que lo acompaña, suponemos que a modo de aclaración, Dogfish, engloba también a una buena cantidad de especies, desde muchos Squaliformes (la mielga, por ejemplo, se denomina en inglés "Spiny dogfish") hasta ciertas familias de Carcharhiniformes, como los esciliorrínidos o los triákidos (Scyliorhinidae y Triakidae). Así pues, la dejo tal cual hasta averiguar de qué estamos hablando. Por supuesto, se admiten (y necesitan) sugerencias.

(3) Sic. Los términos ingleses que acompañan este apartado, Smooth-hound y tope shark, en vez de aclarar, desconciertan aun más. El primero puede referirse a cualquier triákido del género Mustelus: la musola (Mustelus mustelus) o la musola pinta (Mustelus asterias). El segundo es como comúnmente se conoce al cazón (Galeorhinus galeus). Es decir, la conclusión es que el apartado "Escualos" puede incluir especies ya mencionadas.

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lunes, 6 de mayo de 2013

Los juegos de los jóvenes cailones (Lamna nasus)

Extraordinario primer plano del Lamna nasus (Foto de Andy Murch, elasmodiver.com)

¡¿Qué?! ¿Tiburones sanguinarios jugando al "pilla pilla" como si fuesen cachorros de pequinés?

Pues parece que si. Al menos esta es la única explicación plausible que han encontrado quienes han podido presenciar el insólito comportamiento de unos grupos de jóvenes cailones que nadaban entre los quelpos cerca de la superficie: unos individuos giraban sobre si mismos enredándose entre las algas, hasta que de pronto se largaban en una veloz una carrera y eran inmediatamente perseguidos por los demás, que iban mordisqueando las largas laminarias que aquellos arrastraban tras de si. Y vuelta a empezar, una y otra vez.

El tema es ciertamente delicado. Si fuesen crías de algún ave o mamífero, con toda probabilidad estaríamos hablando de juegos casi sin dudarlo; pero tratándose de tiburones, la cosa cambia radicalmente: ¿un pez "jugando"? Algunos científicos han sugerido que en realidad los cailones estaban tratando de capturar las pequeñas criaturas que viven pegadas al quelpo —algún gasterópodo, por ejemplo—; o bien simplemente utilizaban las fuertes láminas para deshacerse de los parásitos que cubren su piel. Sin embargo, los testigos insisten en que estos tiburones en modo alguno mostraban propósito alguno, ni trófico ni de "aseo personal", por así decirlo, excepto "pasar el rato". Cuando se cansaban, desaparecían.

Del mismo modo, otros testigos han observado a grupos de juveniles dándose caza unos a otros "a la manera de los delfines". Y la pregunta surge otra vez: ¿no podría tratarse de algún tipo de juego destinado a estimular y desarrollar el aprendizaje de una estrategia de caza, como ocurre con las crías de los mamíferos? ¿Qué otra explicación puede haber? Al fin y al cabo, los cailones no son peces como los demás: son animales sumamente inteligentes cuyo cerebro, además, está bañado por sangre caliente como los demás lámnidos, son endotermos (1), y sabemos que suelen desplazarse en agrupaciones o cardúmenes.

Otras observaciones describen grupos de hasta veinte individuos investigando e interactuando con objetos (algunos dicen, directamente, "manipulando") que flotaban en el agua: maderas, algas e incluso los flotadores de las cañas de pescar. Los tiburones empujaban estos objetos con el morro, a veces parecía como si se los pasasen de uno a otro, y los lanzaban fuera del agua. Todo ello igualmente de forma continuada y sin ningún propósito concreto.

Foto de Andy Murch (Elasmodiver.com)

Más allá de su objetivo último —el aprendizaje y desarrollo de destrezas sociales y cognitivas—, lo que caracteriza el juego es su naturaleza lúdica, su ausencia de utilidad práctica inmediata, y su recurrencia. ¿Podemos aplicar esto al comportamiento de los jóvenes cailones? 

¿Por qué no? No será porque les falte inteligencia.


[Más noticias sobre la inteligencia de los tiburones en el post La capacidad cognitiva de los tiburones. Y para saber más sobre el cailón, ver la primera y segunda parte del post Cailón (Lamna nasus).]

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(1) Ver El sistema circulatorio de los tiburones.

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